lunes, 30 de marzo de 2015

Mejor era la pendeja.

Antes de partir les quiero contar que he pasado toda la mañana con mi polola jugando Súper Mario, estuvimos pegadas en el castillo 6 como 2 horas… Les juro que ya estábamos con ataque al píloro…

Bueno, ese fue un mini dato al margen, continuemos con la historia. En el capítulo anterior les contaba de la mina loca que se puso a elongar cuando la cita había pasado de un bar a su casa, o sea chiquillas para mí es obvio que si me invitan a su departamento es para tener sexo, no para que me hagan clases de educación física y si la mina no quiere sexo, no sé que haga cualquier cosa menos gimnasia… Fue una de las experiencias más freak que he tenido en mi vida, una de varias en todo caso…

Bueno, la cosa es que las mujeres me estaban volviendo loca, si iba a intentar ser heterosexual, no podía estar jugando con niñas, así que decidí dejarlo todo atrás. Como no estaba estudiando en la universidad, acuérdense que me bajó la locura espacial y congelé, me puse a trabajar de garzona en un bar de Vitacura. Estuve como un año en esa. Tranquilita, durmiendo de día y laburando de noche. Sin presiones sexuales, ni minas a mí alrededor. Una maravilla. Bueno, la cosa es que un día, cerca del tiempo en el que me salí del bar para empezar a ponerme las pilas para volver a estudiar, aparece en el pub un ex compañero de colegio del gordo, para efectos del blog le vamos a poner Diego. Pucha, fue bakán verlo, nos repartimos teléfonos y nos empezamos a juntar un montón.

Obvio Dieguito era gay y aunque estaba hiper adentro del closet, tenía un pololo y varios amigos y amigas del gremio, así que como si el destino quisiera decirme algo, empezamos a salir a carretear, hasta que me terminé enganchando con una chiquilla, muy guapa en honor a la verdad, ella tenía 18, iba a entrar a estudiar y yo ya estaba en mis 23 primaveras. Como era más pequeña la chiquilla, en su familia no sabían que era torta, pero como buena adolescente tampoco le importaba mucho. Al principio era increíble estar con la mina, salíamos a carretear, nos juntábamos a tirar en su casa o en la mía. Su colegio estaba al lado de mi departamento así que como yo andaba de vaga, después de clases se iba a verme. Esa tema fue de sexo compro, sexo vendo, sexo arriendo. Todo con harto romanticismo también, onda la iba a ver al colegio en el recreo, le llevaba chocolates, muy tierna yo. Y la pendex cada vez más enamorada.

Ahí vino el problema. Esta mina se empezó a enganchar cada vez más y súper rápido. Como era pendeja y tenía varios problemas en su casa; sobre todo con el papá, se aferró un montón a mí, al nivel de que quería verme todo el día, todos los días y me empecé a agotar. Además, debo reconocer que entre medio me presentó a su mejor amiga. Demasiado mina también, (han cachado que como que las weonas minas se huelen, onda se encuentran y se hacen amiguis, todo el grupo puras wachonas, en fin). El tema es que la loquilla me empezó a gustar y yo a ella también, pero no podíamos hacer nada, yo estaba pololeando, entre comillas en verdad, porque jamás le dije ¿quieres pololear conmigo?, pero esas para mí por lo menos son tonteras, si al final es la mimas cosa.

Pucha, la pendex se verdad quería consumir todo mi tiempo libre, que era todo mi tiempo… Y la amiga cada vez me gustaba más, al nivel de que hablábamos todos los días por teléfono de lo mucho que nos gustábamos. Llegó un momento en el que no soporté más y mandé a pendex pa’ la casa. Le lloró como una semana a la amiga que no podía sentirse más culpable, pero yo también le gustaba. Esas cosas pasan.

Al final a pendex se le calmaron las pasiones y dejó de llorar, obvio no la vi más, pero con la amiga decidimos seguir viéndonos y ver qué pasaba, obvio a escondidas, lo cual era perfecto, para ella por su amiga y porque estaba extremadamente adentro del closet, o sea sus viejos eran cuáticos y para mí porque tampoco mi familia sabía nada, es que después de lo de mi padrastro mi mamá me preguntó qué onda conmigo y le dije que nada que ver, que habían sido tonteras, que no se preocupara.


Bueno, con la amiga felices, como 3 meses saliendo, la mina me encantaba, teníamos ene onda, era guapa, nos gustaban las mismas cosas, todo maravilloso, pero siempre a escondidas. La cosa es que una noche fuimos a carretear y después me dice que me quede en su casa porque su familia viajaría fuera de Santiago. Bakán, copetes, sexo, pelis y más sexo, en esa estábamos, en pelota encima de su cama cuando llegan sus viejos. Maaaaal casi nos da un infarto, me metí al closet en pelota, con la ropa en la mano, ella se puso pijama a la velocidad de la luz y su mamá entra a la pieza, estuvieron como 10 minutos conversando, yo a punto de desmayarme de los nervios… Hasta que la niñita atinó en pedirle un vaso de agua a la mamá, yo encerrada en el closet me vestí, no sé cómo y cuando la mamá salió de la pieza tuve que arrancar por la ventana. Esa fue la última vez que nos juntamos, demasiado el estrés para mí. Mejor era la pendeja.

7 comentarios:

  1. Buenísimo este capítulo!!!

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    1. Jajajajjajajaja se viene una etapa bastante anecdótica en mi vida!!!!
      Saludos!!!

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  2. Demasiado entrete todo. Tu vida es una anécdota constante

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    1. Tuve una juventud alocada... Ahora que entré a los 30 estoy más tranquila, aunque me siguen pasando cosas divertidas...
      Toda una loquilla JAJAJAJJAA

      Besos y gracias por leerme!!!

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  3. Medio talentooo me rei todo el rato

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  4. Ajajajajajajaja me encantooo, que capitulasoo, remataste con él final!!!! Me reei caletaaaa

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