viernes, 27 de marzo de 2015

No era tanto lo que estaba pidiendo… ¿o sí?

Como dicen por ahí “la vida tiene que continuar” y aunque ver a mi mamá llorar, vomitar y hundirse poco  a poco luego de enterarse que su marido de cerca de 11 años era homosexual y le había sido infiel casi todo el matrimonio, yo tenía una vida que formar y pucha que estaba complicada. Pasé casi un año sin contacto sexual con hombres o mujeres, con suerte un beso loco por ahí con algún chiquillo. De las minas no quería saber nada, me daba pánico volver a enamorarme, es que igual lo pasé mal cuando terminé con la abogada y la voleibolista fue toda una decepción. Además, pensar en formar una relación de pareja gay y tener que contarle a mi mamá que era lesbiana me dolía y asustaba aún más, solamente pensar en verla sufrir, ahora por mi culpa me torturaba. El problema es que no había caso que me gustaran los hombres y les prometo que lo intenté.

Bueno, si las monjas pueden estar toda una vida sin sexo, quizás yo también, por lo menos un tiempo largo… Total era virgen todavía y ya tenía 21 años. Hasta que un día conversando con una amiga; - ella me contaba su historia de amor y sexo heterosexual -, me dije a mi misma: misma, ¿por qué no te das la oportunidad de probar con un hombre? Pero no podía ser cualquiera, tenía que ser alguien cercano como un amigo. Así que llamé a un chiquillo que fue mi partner toda la vida, le conté la situación, salimos, nos tomamos un vinito y nos acostamos, la verdad, lo quería harto, pero el sexo no me provocó nada, es que tocarlo y no sentir pechugas. Darle un beso y sentir el áspero de su barba. No sé, me provocó cero excitación. Es que todo es distinto con las mujeres. Los labios son más suaves, los besos más delicados, sus manos son totalmente distintas, tocan distinto y te hacen sentir diferente. (Soy súper lesbiana, nada que hacer)

Mi confusión aumentó en un mil porciento después de esa noche en la que perdí mi virginidad, aunque no me arrepiento que haya sido con él, nada mejor que un amigo para algo tan íntimo, claro cuando no eres heterosexual y sabes que ningún otro hombre te va a calentar o conquistar. Pero lamentablemente, yo quería estar con mujeres, el problema era que hace meses no me juntaba con el gordo, después de la abogada me empezó a dar lata verlo y no tenía más amigos gay para ir a bailar y pescar algo por ahí. Felipe; el amigo que me presentó a la famosilla, se había ido a Estados Unidos a trabajar, por lo que tampoco estaba disponible y con ella me daba lata salir porque jamás me iba a pescar una mina estando ella cerca, era el centro de la atención.

Pero como a mí me pagan por viva, se me ocurrió la brillante idea de juntar a un grupo de amigas; de esas a las que uno ve poco porque no tienes muchas cosas en común, - eran medias cuiquitas la verdad -,  e invitarlas a conocer bellavista, - a ese nivel de cuicsa que no conocían de plaza Italia para abajo -, terminamos curadas como piojo a pura cerveza y las invité a bailar a la dico gay Bokhara; ellas no sabían que yo andaba rondando el mundo gay, así que me hice la tonta. Para conocer el lugar, les dije.

Lo pasamos increíble y mientras ellas bailaban yo me fui a la barra, me compré una piscola y esperé hasta encontrar alguna chica que me gustara. Cuando apareció me acerqué, le metí conversa, me invitó a bailar, le dije que no porque estaba con mis amigas, pero que me diera su teléfono para juntarnos. La hice cortita, la mina era bien rica con el favor de Dios. Objetivo más que cumplido.

El fin de semana siguiente la llamé, salimos a tomarnos unos tragos, conversamos harto hasta que me invitó a su casa. Cuando llegamos la cosa se anduvo poniendo extraña. Nos sentamos en la alfombra a conversar, abrimos una botella de vino y la loca empezó como a elongar mientras me hablaba. Yo pensaba what a fuck ¿qué le pasa a esta mina? Luego se paró y empezó a hacer unos ejercicios raros, pa’ mis adentros decía, es que ni cagando me la como, o sea está bien hacer ejercicio y todo, pero no a las 3 de la mañana cuando supuestamente estás pinchando… ¿O es que la mina quería hacer unos movimientos para mostrarme que tenía buena elongación? Porque no le estaba resultando… O sea cero sexy… Ceroooooo.


Ya llegó un momento que fue tanta la locura que me paré y me fui de su casa, con ganas de tirar y pensando ¿cómo cresta puedo conocer a una mina normal para pegarme una cachita piola, sin compromisos ni ataduras? Si no era tanto lo que estaba pidiendo… ¿o sí? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario