Ya, le creí, Si la abogada dijo que no me fue infiel, por
mucho que el gordo insista en que la vio con sus propios ojos agarrándose al
amigo, opté por escucharla a ella… La quería y esos días en los que no hablamos
me dolieron más que la supuesta infidelidad… Así que decidí que las cosas
fueran como antes y dejar de lado mi furia escorpiona, que en todo caso, ya era
pura pena.
Así que empezamos de nuevo con nuestras juntas mañaneras en
mi departamento. Fueron como dos semanas exquisitas, de puro amor. Se iba para
mi casa, regaloneábamos, conversábamos,
y obvio hacíamos cositas, pero
todavía de niñas buenas, de la cintura para arriba; me encantaba tocarla,
sentir sus pechugas, su cuerpo desnudo, su respiración… La verdad yo estaba que
cortaba las huinchas por sacarle toda
la ropa, y un par de veces intente tocarle su vayaina (vagina para efectos de este blog) pero no me dejaba, decía
que no estaba lista, así que no me quedaba otra que conformarme con su
friccioneo loco y una que otra cosita loca por ahí.
En fin, todo iba de maravilla, fueron dos o tres semanas
demasiado ricas, hasta que la abogada me cuenta que se va a celebrar el
cumpleaños de un amigo a Las Cruces, ningún problema con eso, aunque era y sigo
siendo un poquitín celosa, de verdad eso no me molestó… El problema empezó
después, cuando me contó que en el famoso
paseíto estaba su ex… O sea, es que cualquier conversación telefónica que
parta con un “te tengo que decir algo,
pero no te enojes porfa”, para mi nada bueno puede traer y obvio que antes
de escucharla hablar, ya estaba enojada… No me acuerdo que me dijo exactamente,
sólo sé que yo ya no pensaba mucho que digamos de la pura rabia, así que la
concersación terminó con un “has la weá
que quieras…” De nuevo peleadas…
Agotadoor. Pero tampoco quería terminar con ella. Si de verdad estaba súper
enamorada.
En fin, sigamos porque en esta historia hay dos versiones: la
del gordo (otra vez) y la de la abogada… Primero les voy a contar todo lo que
pasó en Las Cruces, según ella:
Era el cumpleaños de uno de sus amigos del condominio, obvio
yo nada que ver ahí, si ni los conocía, la cosa es que todo el grupo se fue a
las cruces a festejar, en las mismas andaba una prima del cumpleañero, así que
había harta gente y el carrete parecía entretenido… Al principio los dos grupos
separados y como que había mala onda, es que los amigos de la abogada se
portaron pésimo, rompieron hasta un techo… Bueno la cosa es que era de esas
casas que tienen abierta una pared de la cocina que da hacia el comedor, y
mientras la abogada preparaba tragos tenía al frente, pero por la parte del
living a su ex, estaba sentada en un sillón mirándola y cantándole ese tema que
dice mentorirooooosaaaa me robaste el
corazón… La abogada estaba plop, onda ¿qué te pasa loca? Aunque su ex era
del grupo, nadie sabía nada de lo que había pasado entre ellas…
Al rato después, mi en ese momento polola, andante, saliente
y/o futura ex, como quieran llamarla, se anduvo aburriendo de tanto borracho;
aunque ella también estaba súper pasada de copas, así que decidió subir a la
terraza del segundo piso a fumarse uno de esos cigarros que dan risa, y ahí
llegó la ex, se le sentó al lado y empezó a conversarle. La abogada le dijo al
tiro que estaba con otra persona y la ex le dijo que ella también (entonces
para que mier… la perseguía y le cantaba tonteras, eso pienso yo por lo menos)…
En fin, hablaron un rato hasta que a la abogada le bajaron las ganas de ir a la
playa… Me contó que fue con varios amigos y que ya en su locura máxima empezó a
caminar por el borde de la calle que daba hacia un pequeño acantilado gritando
“si Dios quiere que me muere me tendré que morir” (ustedes pónganle el tono ebrio)
y de repente no se tropieza… Se sacó todo lo que es la la mugre… Al otro día despertó
adolorida, con un moretón gigante y con la ex sin pantalones, ni calzones,
durmiendo a su lado.
Como estaba postre, y parece que de verdad no se acordaba de
nada, me juró y re juró que con lo ebria que estaba es imposible que hayan
agarrado, que la mina de loca se le fue a meter a la cama, pero que de verdad
no pasó nada entre ellas… Y según dijo, al otro día la ex apenas le hablaba.
Raro.
Ahora ¿cómo me enteré del episodio de la ex a potope (potope: dígase sin calzones o a
poto pelado) en la cama de mi mina? Porque esa parte obvio la abogada no pretendía
contármela… Lógico, el gordo y sus comentarios maliciosos con el único fin de
separarnos… Claro que su versión de la historia era más corta y simple: la
abogada se fue a Las Cruces, estaba su ex y se acostaron… Corta.