Con fiebre, peleada a morir con mi mamá porque se había dado
cuenta de que me gustaban las niñas… Tomé una micro, llamé a la abogada y me
fui para su casa, era primera vez que entraba y que estaría frente a mi suegra…
No podía estar más estresada y angustiada, a mis 18 años esa era una situación
que ni en sueños pensé que me tocaría vivir. Siempre traté de ser una hija
ideal, ayudaba en la casa, cuidaba a mis hermanos, me iba bien en la
Universidad, saqué un puntaje soñado e la PAA (de nuevo tiré a la chuña el
carnet)… Una niña casi perfecta que rápidamente se caería del pedestal para la
familia.
La fiebre, no me acuerdo si estaba de antes o me surgió del
puro estrés producto de la pelea con mi vieja. La cosa es que legué a la casa
de mi suegra, sintiéndome pésimo, tan mal que me llevaron directo a la pieza de
la abogada a acostarme. La verdad no tenía ganas de hablar, menos de contar lo
que había pasado, o sea lógico, según yo la mamá de la abogada no tenía idea de
mi relación con su hija. Saludé rápido a
los invitados que tenían para almorzar y me encerré en la pieza.
Como les contaba, no tenía idea de lo que había pasado en
Talca, o sea no se me hubiera ocurrido aparecerme por ahí de haber sabido que
la mamá de la abogada ya estaba al tanto de mi existencia real, no como la
amiguita del amigo gordo… La cosa es que cuando llamé a la abogada para
contarle lo que pasó en mi casa y le pedí ir a verla, ella me dijo que sí, le
preguntó a su mamá y lo único que respondió fue: bueno, pero tenemos un
almuerzo familiar y quiero que estés ahí.
La suegra me subía limonada para hidratarme, y cada vez que
la abogada iba a verme y se demoraba más de tres minutos, desde abajo la mamá
le gritaba: hija baja. Así de corta, unos besitos rápidos y se iba corriendo al
living… Aunque estuvimos poco rato juntas, me sentí querida y protegida, cada
minuto más enamorada y con una recarga de energía para enfrentar a mi mamá y
familia. Si estábamos juntas todo estaría bien. Con esa idea en la cabeza dormí
casi toda la tarde, la fiebre fue bajando y también la angustia.
Ya en la tarde/ noche, me sentía mejor y la abogada me fue a
dejar a mi casa. Llegué, me metí a la cama y mi mamá apareció más tranquila.
Decidí decirle la verdad, estaba saliendo con una mujer, estaba enamorada y no
tenía idea de qué iba a pasar, sólo sabía que quería estar con ella. Mi vieja se
quedó sin palabras, sólo dijo que me apoyaría. Días después mi padrastro con la
maldad que lo caracterizaba se me acerca y con cara de hipócrita me dice: ¿qué
le hiciste a tu mamá que llora tanto? Como dicen los españoles lo mandé a joder
por culo… No te metas en donde nadie te ha llamado. Lo que me dijo me rompió el
corazón… Hacer sufrir a mi mamá era lo que menos quería en la vida.
Me lo cuestioné todo, quizás debía elegir entre mi felicidad
y la de mi mamá, ¿Es posible mentirse toda una vida por no dañar al resto?
¿Será después mayor el daño? Años después tendría la respuesta a esas
preguntas. En ese momento no me sentía capaz de tomar ninguna decisión, menos
si esa involucraba dejar a la abogada.
Ya llevábamos como 3 meses saliendo a escondidas, las últimas
semanas incluso evitamos que el gordo se enterara que nos veíamos sin él, nos
juntábamos en mi casa, íbamos a tomar helado, hacíamos cosas súper de pololas, pero
con nuestras mamás al tanto de que estábamos juntas en vez de relajarnos nos
estresamos más, terminamos contándole al gordo, obvio buscando su apoyo, en vez
de eso, recibimos una serie de mentiras y enredos sólo para separarnos. Si
antes era: yo la conozco, ella sólo está experimentando, no te quiere. Después
de que la abogada le contara lo que pasó en Talca, fue, ella no te quiere, me
lo dijo, sólo está probando como es agarrarse a una mujer si incluso se lo dijo
a su mamá.
Desde que empezamos la relación hubo algunas veces en las que
dudé del amor de la abogada, pero eso fue al principio, una vez que nos
sinceramos en máscara (después del episodio contra
la pared que les conté en un capítulo anterior) donde ella me dijo que me
amaba, nunca más tuve dudas de ese amor que sentíamos… Hasta un episodio, que
me dolió, pero ella me explicó y entendí, claro que tiempo después, el gordo me
contaría una supuesta verdad acerca de esa situación que provocaría el
principio del derrumbe.
Oh, me encanta como va el relato. Estoy ansiosa por la próxima entrada! Como ya te lo dije antes, aplausos para ti. Y eres una anciana jajajaj (:
ResponderEliminarJajajajajajjajaja de mi ancianidad mejor ni hablar jajajajajja
EliminarGracias por leerme!!!
Felicidad absoluta al ver que mi blog gusta y es visitado!!!!
Ay no! Solo me queda pensar q el gordo es el típico amigo cola insidioso :[ no quiero llegar a la parte del "todo se derrumbó... Dentro de ti, dentro de mi...(8)"
ResponderEliminarJajajajajajjajajajajajajajjaja pobre gordo, no soportó que para dos de sus amigas el dejara de ser el más importante...
EliminarSigue leyendo y de a poco todo se irá ordenando!!!
Besos