miércoles, 24 de junio de 2015

Total y absolutamente in love

Las cosas habían estado bien entre nosotras, pero como les contaba en el capítulo anterior no podía dejar de tener ese sentimiento de ser una especie de plato de segunda mesa, una amante pasajera con la que de vez en cuando te juntas, tienes sexo, después te fumas un cigarrito, la regaloneas un rato para dejarla conforme y te vas, casi sin mirar atrás, y yo quería más, estaba enamorada y necesitaba una relación algo más formal, sentirme realmente importante para la persona que tenía al lado,  poder con el tiempo decir ella es mi pareja, sin miedos ni vergüenza, mirando de frente a una sociedad que aunque pretende estar cambiada, sigue siendo discriminadora, sobre todo con la homosexualidad femenina, por lo menos así lo siento yo.

Tenía entre mis manos un sentimiento de valentía sin igual guiado por el amor, poco a poco fui saliendo del closet entre mis compañeros de universidad, - no le conté a todos, pero si a los más cercanos, esos que hasta hoy son mis amigos -, sentía que; como me pasó con los del colegio, prefería perder gente a vivir en una mentira, inventando pololos o sospechosas solterías eternas. Además uno de mis sueños es ser activista, quizás no participando de todas las marchas o formando parte de alguna agrupación, sino que como espero estar haciéndolo con el blog, contando mi historia, mis defectos, virtudes, amores y desamores. Contando, si es que a alguien le sirve, que se puede, a pesar del rechazo y del miedo, con valentía y mirando al mundo con la frente en alto, finalmente se puede ser feliz.  

Ya, me fui en volada, mis disculpas, continuemos con la historia. Como les decía le puse un ultimátum a la abogada: o le cuentas a tu mamá que yo existo y que estamos juntas o nosotras llegamos hasta aquí. Pero, como se dice por ahí la salvó la campana porque al día siguiente se iba hasta finales de enero de vacaciones al norte con su papá y hermanos, y como no podía hablar con la mamá de la relación que estaba comenzando a formar conmigo y mandarse a cambiar de un día para otro sin profundizar en el tema, - aunque hubiera sido harto más fácil para ella-, le di plazo hasta su regreso en febrero, pero de ahí no había más tiempo. Me prometió que hablaría con ella y que haría todo por ponerme en mi lugar, aunque hasta ese momento tampoco estaba muy claro qué lugar era ese, si la abogada parecía no tener ninguna intención en pololear conmigo, por lo menos eso sentía yo.

Pero la noche antes de irse, me sorprendió, por fin después de varios meses se decidió y me pidió pololeo, obvio, estábamos en la azotea de mi edificio conversando de nosotras, de la vida, etc. y de repente me toma la mano, me dice que me ama y que no quiere irse de vacaciones sin hacerme una pregunta. ¿Cuál? le digo yo. Me mira con sus ojitos tiernos y nerviosos y me dice: ¿quieres pololear conmigo? Siiiiiiiii, obvio, era lo único que quería. Me hizo demasiado feliz saber que, aunque no nos veríamos en poco más de un mes, - lo que me tenía con un bajón horrible -, ya estábamos oficialmente juntas. Ya éramos una pareja de verdad. Seguro muchas piensan que soy súper perna o anticuada, pero si han leído el blog se darán cuenta que no era así, fue ella la que me cambió, la que me tenía locamente enamorada y formalizar o ponerle nombre a la relación pasó de ser un tema realmente importante para mí.

Esa noche hicimos el amor como locas, no nos importó si subía alguien y nos veía no nos importó nada, como en Puerto Pollenza, la canción de la ídola Sandra Mihanovic:

Y tu mirada se clavó en mis ojos y mi sonrisa se instaló en mi cara y se esfumó la habitación, la gente, y el miedo se escapó por la ventana. Y amándonos en una carretera nos sorprendió la luz de un nuevo día como a dos jóvenes adolescentes tu mano húmeda sobre la mía. Te nació este amor... Y nuestros cuerpos festejaron juntos ese deseado y esperado encuentro, y un sol muy rojo te guiñaba un ojo mientras se disfrazaba de aguacero. Y sin dormir nos fuimos a la playa y nos besamos descaradamente alucinando al gordito de gafas que fue corriendo a cambiarse los lentes”.


Claro, no estábamos en una carretera y no alucinamos a ningún gordito de gafas, por suerte no nos pilló nadie, pero pucha que tuvimos harto sexo, de esos buenos buenos, los de despedidas, reencuentros o reconciliaciones, o sea los mejores. La conexión se volvía cada vez más profunda, estábamos aprendiendo a conocernos y aceptarnos tal como éramos, nuestros cuerpos estaban hechos para estar juntos, al igual que nuestras mentes y corazones, por eso era tan importante que fuera honesta con su mamá, que pudiéramos comenzar a vivir nuestro amor libremente, sin más miedos, sin tiempos limitados y visitas a escondidas. Era claro que nacimos para estar juntas y nada ni nadie podía evitarlo. Así, total y absolutamente in love la abogada de fue de vacaciones al norte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario